Foto: Santa Misa presidida por Mons. José Antonio Fernández Hurtado, Arzobispo de Tlalnepantla, durante el Encuentro Provincial de Presbiterio 2025 en Tecám
Por: CODIPACS Tlalnepantla / Arquidiócesis de Tlalnepantla
Con más de 600 sacerdotes reunidos después de 17 años, se respiró un ambiente de fraternidad y renovación pastoral en el Encuentro Provincial de Presbiterio 2025. Los sacerdotes de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla se reencontraron como peregrinos de esperanza en un evento significativo para su ministerio.
Por: Diócesis de Texcoco / Lunes, 4 de agosto de 2025. Tecámac, Estado de México.
En un ambiente de fraternidad sacerdotal y alegría renovada, más de 600 sacerdotes de las ocho diócesis que integran la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla participaron en el Encuentro Provincial de Presbiterio 2025, que se realizó en el Parque Ecológico y Deportivo “Sierra Hermosa” en Tecámac, Estado de México. El evento coincidió con la celebración litúrgica de San Juan María Vianney, patrono del clero, y se llevó a cabo bajo el lema: “¡Sacerdotes peregrinos de esperanza, reavivamos el don recibido!”.
Se trató del primer encuentro provincial en 17 años —el último se celebró en la Diócesis de Ecatepec— y fue organizado esta vez en territorio de la Diócesis de Teotihuacán. Estuvieron presentes sacerdotes de las diócesis de Izcalli, Cuautitlán, Ecatepec, Teotihuacán, Texcoco, Nezahualcóyotl, Valle de Chalco y de la Arquidiócesis de Tlalnepantla.
El objetivo principal fue fomentar la comunión, el discernimiento y la acción pastoral conjunta, como parte de un proceso de formación permanente que nutre la vida sacerdotal. Estos encuentros buscan fortalecer la fraternidad, entendida como una realidad sacramental, promoviendo la oración y el diálogo entre los presbíteros.
El encuentro se realizó en el marco del Jubileo de la Esperanza, y convocó a los sacerdotes como auténticos peregrinos que se congregaron ante la fuente de la esperanza que brota del Corazón de Jesús sacramentado. Fue una ocasión propicia para pedir al Espíritu Santo que mantenga viva la llama del amor y la entrega sacerdotal.
Durante el acto inaugural, la presidenta municipal de Tecámac, Lic. Rosa Yolanda Wong Romero, ofreció un mensaje de bienvenida en el que expresó su disposición para colaborar con las iniciativas sociales impulsadas desde la fe, y manifestó su aprecio por el trabajo pastoral de los sacerdotes.
Uno de los momentos más significativos fue la conferencia magistral impartida por Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, obispo de Texcoco, titulada “Sacerdote, hombre libre. Sacerdote de esperanza”. En ella, exhortó a los presbíteros a no conformarse con una vida pasiva o mundana, sino a ser profetas que santifiquen a su pueblo con el ejemplo: “Vale la pena que nosotros nos pongamos la camiseta y tomemos, de nuevo, más fuertemente el compromiso de hacer de nuestro pueblo Profetas, Sacerdotes y Reyes”, expresó. Mons. Mancilla también los animó a dignificar su ministerio, a ser ofrenda viva para Cristo, obedientes hasta la cruz, y a cultivar una vida interior profunda, cimentada en la oración y la entrega generosa.
Posteriormente, se celebró la Santa Misa presidida por Mons. José Antonio Fernández Hurtado, Arzobispo de Tlalnepantla, quien destacó la alegría de muchos sacerdotes por reencontrarse después de años, especialmente quienes compartieron su formación en el Seminario Interdiocesano. “Es una bendición de Dios que nos encontremos reunidos en este año de Jubileo”, señaló.
Mons. Fernández recordó a los sacerdotes que, como Jesús, no deben detenerse en una compasión superficial, sino multiplicar el amor y compartir con los más pobres y necesitados, como lo hizo San Juan María Vianney. “El sacerdote debe ser un hombre de intensa vida interior, para dar frutos abundantes en la tarea de la evangelización”, afirmó.
Invitó a los presentes a redescubrir el don del sacerdocio recibido y a hacer de la Eucaristía el centro de su vida diaria. Al final de su homilía, encomendó a los presbíteros a la Virgen de Guadalupe y a la Virgen de los Remedios, para que los acompañen y fortalezcan en su ministerio pastoral.
El encuentro concluyó con una comida fraterna y una convivencia deportiva que incluyó fútbol, baloncesto y otras actividades recreativas, donde se respiró un ambiente de amistad, cercanía y renovación en el espíritu.