Foto: Órgano de la Iglesia de San Jaime
Por: CODIPACS Tlalnepantla / Arquidiócesis de Tlalnepantla
La Música en la Liturgia
La Liturgia significa que el Pueblo de Dios toma parte en la "Obra de Dios" (Jn. 17, 4) es "una acción sagrada a través de la cual, con un rito, en la Iglesia y mediante la Iglesia se ejerce y continua la obra salvífica de Cristo.
La liturgia católica concede un lugar muy importante a al canto, numerosos ritos del culto se acompañan con cantos, por ejemplo: las procesiones. En ocasiones, la acción litúrgica se reduce a un texto cantado por el solista o por toda la asamblea, por ejemplo: El canto del Aleluya. Tenemos que dejar muy claro que el canto está íntimamente unido a la liturgia.
"La tradición musical de la Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable que sobresale entre las demás expresiones artísticas, principalmente porque el canto sagrado, unido a las palabras, constituye una parte necesaria o integral de la liturgia solemne" (SC 112).
Para comprender la importancia del canto en la liturgia revisemos este esquema en paralelo con los actores de la celebración y los libros que contienen sus intervenciones:
LECTURA - Lector - Leccionario
CANTO - Cantor - Cantoral
ORACIÓN - Presbítero - MISAL o Ritual
Podemos decir que el canto constituye la mejor forma de participación en la liturgia, después de la comunión sacramental.
Los principios que ha de observar la música en la liturgia son:
Por el canto:
Amonesta el Apóstol a los fieles que se reúnen esperando unidos la venida de su Señor, que canten todos juntos salmos, himnos y cánticos inspirados (cfr. Col 3,16). De ahí que San Agustín dice con razón: “Cantar es propio del que ama”, mientras que ya de tiempos muy antiguos viene el proverbio:
“Quien canta bien, ora dos veces”.
Pbro. Juan Manuel Venegas Medina
Responsable de la Dimensión de Música Sagrada