Foto: Necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar, que es más que oír.
Por: Valle de Chalco / Diócesis de Valle de Chalco
El pasado domingo 27 de mayo, en la fiesta de la Ascensión del Señor, hemos celebrado la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales y como cada año, el Papa Francisco nos ha regalado un oportunísimo mensaje, muy en consonancia con la tarea misionera de la Iglesia y con la experiencia de Sinodalidad tan necesaria para cumplir esta labor.
Con la convicción de ser una Iglesia en salida y hoy que hablamos tanto de Sinodalidad, resulta muy importante no solo predicar, sino también escuchar el clamor del Pueblo de Dios y ahí sembrar la semilla del Evangelio.
El año pasado, el Papa inspiró su mensaje en dos palabras: “ir y ver”, ir al encuentro de las personas y descubrir la realidad, descubrir también lo que otras personas piensan y sumar lo mucho que pueden enseñar y compartir. Este año el mensaje se centra en aquella expresión de San Agustín, que el Papa ha retomado ya en EG No. 171: “Escuchar con los oídos del corazón”.
Necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar, que es más que oír, es la capacidad del corazón que hace posible la proximidad, para comprender mejor la realidad y abrir el corazón al diálogo verdadero, indispensable para la Sinodalidad que anhelamos vivir como Iglesia.
Se trata de escuchar con el corazón, primereando, decía en EG No. 24, discípulos misioneros con actitudes de cercanía, cordialidad, disponibilidad, empatía y hasta ternura, para ser discípulos del Buen Pastor.
Con esta actitud respondemos a una necesidad innata de todo ser humano como algo fundamental para su sano desarrollo afectivo y que corresponde a los Pastores de hoy, incluyendo a los Padres de familia, Profesores, Agentes de Pastoral, autoridades civiles, profesionales en general y todos los patrones con sus empleados.
Nosotros como Iglesia en franco camino de Renovación y Conversión Pastoral, debemos conocer y enseñar el camino en esta materia, escuchando como escucha Dios, sin darle la espalda a Dios y al prójimo. Pues Dios ama al hombre, por eso le dirige su Palabra e inclina su oído para escucharlo.
Los Pastores y los Agentes de Pastoral, estamos especialmente llamados a escucharnos entre nosotros para evitar la formación de bandos ideológicos y contraposiciones estériles.
Juntos, disponernos a escuchar a los distintos sectores del Pueblo de Dios y a los que no están con nosotros, pero que también son hijos de Dios y están llamados al gozo del Evangelio, escucharles con los oídos de Dios, para poder hablarles con la Palabra de Dios.
+Víctor René Rodríguez Gómez
Obispo de Valle de Chalco