Sinodalidad: El camino antiguo y siempre nuevo de la Iglesia


Imagen Sinodalidad: El camino antiguo  y siempre nuevo de la Iglesia

Foto: La sinodalidad es el modo de ser Iglesia que nos propone el Evangelio.


Por: Nezahualcóyotl / Diócesis de Nezahualcoyotl

Sinodalidad: El camino antiguo

y siempre nuevo de la Iglesia

La palabra "sinodalidad" ha resonado con fuerza en la Iglesia en los últimos años, especialmente desde que el Papa Francisco la colocó en el centro de la vida eclesial. Sin embargo, lejos de ser una moda reciente o una invención moderna, la sinodalidad es una dimensión esencial y antigua del ser cristiano. Es, en palabras del propio Papa, "el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio".

¿Qué significa "sinodalidad"?

El término "sinodalidad" proviene del griego syn (juntos) y hodos (camino), y se traduce como "caminar juntos". Más allá de una simple definición, la sinodalidad expresa el modo en que la Iglesia vive y actúa: como Pueblo de Dios que peregrina unido, en comunión, participación y misión.

No se trata únicamente de reuniones o asambleas; es un estilo de vida eclesial que implica escuchar al Espíritu Santo y a los hermanos, discernir juntos y tomar decisiones en comunidad. Es, en esencia, una forma de ser Iglesia donde todos los bautizados, desde los laicos hasta los obispos, están llamados a participar activamente en la misión evangelizadora.

Una práctica con raíces antiguas

Aunque el término "sinodalidad" puede parecer novedoso, la práctica de caminar juntos ha estado presente desde los inicios del cristianismo. Los primeros concilios, las reuniones comunitarias y las decisiones tomadas en común reflejan esta realidad. Sin embargo, a lo largo de la historia, este espíritu sinodal ha sido olvidado o relegado, dando paso a formas más centralizadas de gobierno eclesial.

El Concilio Vaticano II (1962-1965) marcó un punto de inflexión al recuperar la idea de la Iglesia como Pueblo de Dios y destacar la corresponsabilidad de todos los fieles en la vida eclesial. Esta visión fue retomada y profundizada por el Papa Francisco, quien ha insistido en la necesidad de una Iglesia más participativa y dialogante.

El impulso del Papa Francisco

Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha promovido una "conversión sinodal" en la Iglesia. Ha convocado sínodos sobre diversos temas y ha alentado a las diócesis y comunidades a vivir procesos de escucha y discernimiento. Para él, la sinodalidad no es una simple estrategia pastoral, sino una dimensión constitutiva de la Iglesia.

Es importante destacar que la sinodalidad no equivale a una democratización de la Iglesia. No se trata de votar doctrinas o verdades de fe, sino de buscar juntos la voluntad de Dios, guiados por el Espíritu Santo. Es un proceso de discernimiento comunitario que requiere humildad, apertura y escucha mutua.

Un camino para toda la Iglesia

La sinodalidad no es exclusiva de obispos o líderes eclesiales; es un llamado para todos los bautizados. Cada uno, desde su vocación y carisma, tiene algo que aportar en la construcción de una Iglesia más fiel al Evangelio. Vivir la sinodalidad implica salir de uno mismo, escuchar al otro y caminar juntos, incluso en medio de diferencias y desafíos.

En palabras del Papa Francisco, "una Iglesia sinodal es una Iglesia de la escucha, consciente de que escuchar es más que oír. Es una escucha recíproca en la que cada uno tiene algo que aprender".

Conclusión

La sinodalidad no es una moda pasajera ni una innovación reciente; es el modo de ser Iglesia que nos propone el Evangelio. Es un llamado a redescubrir nuestras raíces comunitarias y a vivir la fe en comunión, participación y misión. En un mundo marcado por la fragmentación y el individualismo, la sinodalidad nos invita a caminar juntos, como hermanos y hermanas, guiados por el Espíritu Santo hacia la plenitud del Reino de Dios.

 

Por: Pbro. Julio César Ponce García

Comisión Diocesana de Comunicación Social

Diócesis de Nezahualcóyotl

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